¿Cómo se comporta la piel por la noche?

La belleza y el sueño van de la mano. La ciencia ha probado que mientras dormimos nuestro cuerpo se regenera, arreglando el daño causado a lo largo del día. Además, nos aseguramos un despertar más fresco. No es mala idea echar una mano a nuestra piel para que se recupere a lo largo de las horas de sueño. ¿Cómo? Utilizando la información para mejorar las rutinas de belleza antes de dormir.

El ciclo del sueño y la piel

Durante el día, la piel trabaja duro para protegerse de los agentes externos pero mientras dormimos se pone en “modo recuperación”. Este momento es clave para su reparación y regeneración. En ese momento el proceso de regeneración funciona tres veces más rápido que a lo largo del día.

Cuando empezamos a tener sueño, alrededor de las 10 de la noche, la piel comienza a relajarse. Esta fase es el preludio del sueño, la piel tiene mayor capacidad de absorber los tratamientos tópicos y la reparación del ADN se refuerza. Para favorecer la regeneración cutánea, es vital limpiar la piel para eliminar la suciedad y las bacterias acumuladas a lo largo del día.

Mientras dormimos, la hormona del crecimiento acelera la reparación de la piel y la regeneración celular. Durante la noche, además, la piel es más permeable y caliente por lo que es más receptiva a los cuidados faciales. Por otro lado, la piel pierde humedad. Para combatir estos efectos, proponemos utilizar nuestro vigorizante celular instantáneo neuRadiance 2-3 veces por semana para estimular la renovación celular e hidratar la piel.

Debido a la pérdida de agua de la noche, por la mañana la piel está en su momento más seco, puede estar enrojecida o inflamada. La reparación del ADN es menos activa y la piel es más susceptible al daño de la luz ultravioleta.